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A propósito de LANGOSTA


Antes de emprender la escritura de esta publicación he de advertiros de las siguientes cosas:


- Mi intención no es hacer ninguna reseña o crítica de la película. Para eso, como siempre digo, hay infinitud de críticos cualificados que os harán apreciar matices inapreciables. Como periodista cultural sólo tendré la pretenciosidad de calificarla como excelente (a continuación conoceréis mis motivos) y trataré de no taladraros con su sinopsis, ni de fastidiarla con spoilers. Mi propósito es hacer una reflexión personal sobre los temas que plantea la obra de Yorgos Lanthimos.

- ATENCIÓN: no apta (o aptísima) para aquellos que se encuentren en un momento de crisis con su pareja.


Con una inteligente sátira repleta de humor negro, la última producción de Yorgos Lanthimos, The Lobster (La Langosta para los hispanoparlantes) ofrece una crítica de lo más ácida y excéntrica no sólo del amor, sino de nuestra sociedad. Esta gran sociedad del siglo XXI en la que gritamos a los cuatro vientos lo independientes y librepensadores que somos todos.

Pues bien, esta marcianada griega es un gran espejo (y no el espejito mágico de las princesas Disney, precisamente) de las presiones culturales y sociales a las que estamos sometidos. El amor, l´amour... ese maravilloso término del que todos hablamos. Nos venden el amor hasta en la sopa (boba), pero pocos se paran a cuestionarse que se esconde bajo tantos anhelos de su pócima mágica; hablamos de amor, de vivir en pareja, cuando tan siquiera sabemos lo que es vivir por y para uno mismo. Parece que todos estamos destinados a encontrar nuestra media naranja. Amor, amor y más amor... ¿Será el gran engaño de nuestra sociedad? Ya están la tele, los políticos, el Photoshop y una lista interminable, además no quiero ponerme pesimista, que en el fondo algo tengo de romántica.

Así que tras estas pequeñas divagaciones vayamos al grano: ¿Qué pasa con los solteros de Langosta? ni siquiera los que abogan por la libertad, pueden sentirse libres, Y no lo son, porque al fin y al cabo, están 'obligados' a sentirse aceptados por la gran muchedumbre, o eso que llamamos sociedad. Ya sea a través de la unión con otra persona, o mediante su adhesión a todo tipo de clubs y asociaciones que en el fondo les importan un carajo.*

Y aquellos que forman una pareja, ¿hasta qué punto les importa el otra o la otra? ¿De verdad se paran a pensar si realmente les llena?; ¿si es planteable un futuro en común?. O solamente nos lanzamos con el o ella del brazo para lucirla en la plaza del pueblo como si del gran premio de la feria se tratase?

Pobres infelices aquellos que rebajan el tener una pareja a la condición típica de una pareja de animales. Aunque dada su poca implicación emocional y MENTAL quizás sean los más felices, y es que ya lo dice el refrán "cuánto más ignorante seas, más feliz serás". En definitiva, es abrumador como el egoísmo del individuo puede llegar a imponerse sobre todo lo demás.

Con Langosta he experimentado una reflexión sobre la vida, las personas, sus relaciones y sus comportamientos en un mundo en el que todas ellas se llevan a un extremo, que no hace otra cosa que reflejar lo absurdo de nuestra existencia y nuestros supuestos mecanismos de defensa ante la vida y sus correspondientes vacíos. Todo parece mucho más fácil cuando es el otro quien te ayuda, pero queridos y queridas: si una condición tiene el ser humano es la de ser libre e individual. Así que dejemos de comportarnos como si de siameses nos tratásemos y esforcémonos más por ser autosuficientes que por buscar una relación de 'pichiglás' y enmascararlo bajo términos como amor o enamoramiento, que en mi humilde opinión, gozan de un respeto mucho más genuino del que de esta manera le damos.

La película es una parodia de como las personas sienten la continua necesidad de tener una relación amorosa; del fracaso que puede suponer no estar con alguien; de las cosas tan patéticas que estamos dispuestos a hacer con tal de no estar solos; del miedo y todo ese mundo lleno de ires y devenires que suceden cuando intentamos encontrar pareja.

Y atención porque ahora viene la retaila de interrogantes: ¿Qué es el amor para los seres humanos hoy en día y qué relación guarda con el hecho de estar acompañado o con la soledad?; ¿Hasta qué punto es el amor una condición natural o cuándo se convierte en instinto (de supervivencia) animal?; ¿cómo es convivir en pareja o cómo es vivir solo? Con sus plus y sus contras, debemos saber y PODER vivir de las dos formas para gozar de autenticidad y plenitud en ambos casos.

En el mundo de Langosta, a las personas que están solteras, las trasladan a un centro, que es algo parecido a un hotel, y a una prisión al mismo tiempo, donde disponen de un margen limitado para conocer a alguien y comenzar una relación. Sino lo consiguen, sn transformados en un animal de su elección (de ahí el título aunque no profundizaré para no hacer spoiler), y soltados en el bosque. Un hombre desesperado se escapará del hotel y se adentrará en el bosque, el lugar donde habitan los solitarios y lo que vivirá allí será una historia de amor llena de obstásculos. Porque atención, los que viven en soltería tampoco se lo van a poner fácil para que libremente decida enamorarse y formar una pareja.

Dentro de esta particular y original historia de amor se esconden aspectos de la condición humana repletos de alegorías en las que las metáforas y la poesía juegan un papel muy importante a la hora de describir ese excéntrico mundo creado por Lanthimos, que en el fondo, no es otro, que una hipérbole de nuestro mundo y nuestra sociedad.

Todos tenemos la preocupación de luchar contra la soledad, contra la incapacidad de tener pareja y básicamente contra la idea de morir solos.

(SPOILER) Esta tragicomedia nos ofrece una brillante escena final abierta a todo tipo de interpretaciones, como una metáfora de lo que llamamos amor o ceguera compartida. Lo que está claro, es que al igual que Canino o Alps, este largometraje no deja indiferente y da lugar a todo tipo de interpreaciones. A muchos puede incomodarles tanta bofetada que acaba por hacer sangrar, y en el otro lugar, bajo mi propia piel he visto a un público destornillándose de risa ante las incongruentes situaciones de la película, muchos de ellos sin ser capaces de vislumbrar la hipocresía que su pareja refleja. Aunque prefiero no ser aguafiestas y haré un poco de Jesucristo parafraseando: "dichosos los que ríen porque no son capaz de ver más allá".

Esta provocadora reflexión del amor contemporáneo, pretende y espero que logre hacer reflexionar al público sobre ciertos aspecto de la vida, que son cruciales no sólo para vivir en sociedad, sino para vivir con nosotros mismos.

*Con esto no quiero decir que no haya solteros que disfruten al 100% de su condición, o parejas que estén profundamente enamoradas y gocen de su plenitud juntos. Sólo quiero reflejar lo que la película muestra y que cada uno reflexione sobre su propia persona.

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