PAULA GIL OCÓN

Capítulo I

Paula Gil Ocón viene al mundo un otoño de 1991 en una capital de provincia (que suena bastante más cool que Logroño). Una niña extremadamente curiosa, extrovertida y con grandes dotes para la comunicación y la lectura, o al menos eso dicen quienes compartieron sus primeros pasos. 

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Capítulo II

Otro otoño, pero esta vez de 2009, deja su ciudad natal -sin pena ni gloria- y se presenta en la Universidad Complutense de Madrid. Esa curiosidad desorbitada, junto a su afición por la lectura, y un sexto sentido difícil de explicar, serían lo que le llevaran a estudiar la carrera de Periodismo -un tanto romántica ella-.

En ese preciso instante comenzaría el episodio principal de la vida de Paula: empezaría a forjarse no sólo profesionalmente, sino personalmente. Tendría la oportunidad -de su vida- de vivir en un Colegio Mayor donde, desde el principio, se involucró de lleno en las actividades culturales que este ofrecía, enriqueciéndose de cursos, conferencias y actividades deportivas e incluso llegando a ser nombrada encargada de tales labores. ​

 

La carrera de Periodismo se parecía muy poco a lo que ella quería que fuese su futuro, así que solicitó unas prácticas de verano en el diario de su ciudad, Diario LARIOJA. Dicho así suena poco emocionante, pero os aseguro que allí pasó los mejores veranos de su vida:  aprendió en un mes más que en los 5 años de carrera, y además, descubrió que la sección que más le atraía era la de Cultura, de hecho entre esas paredes de periódico provincial descubriría lo que realmente quería ser: periodista cultural.

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Capítulo III

El último año de carrera pidió la beca Erasmus para irse a estudiar a Varsovia. Siempre le había llamado la atención la Historia de la Segunda Guerra Mundial y toda la tradición soviética.

Fue un año de largos viajes por toda la Europa del Este que siempre había querido conocer y fue en estos viajes cuando sucedió otro de los acontecimientos importantes en la vida de Paula: descubrió su pasión por un tipo de fotografía en concreto. La fotografía humana, un tanto marginal, y con personas de cuerpo presente, tratando de reflejar su vida diaria, sus rutinas. Siempre le había atraído lo singular, y ni que decir tiene que parecía haber nacido con una cámara bajo el brazo.

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Capítulo IV

Acabada su estancia en Polonia y licenciada en Periodismo, Paula decidió especializarse en lo que años atrás había descubierto como vocación al realizar prácticas en la sección de Cultura de Diario LARIOJA. Para ello se mudó a Barcelona donde cursó el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad Pompeu Fabra.

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Capítulo V

Con el Máster acabado y un título más a sus espaldas, quiso cumplir el que había sido su sueño desde la adolescencia. Así que decidió cruzar el charco para conocer desde dentro, un país que por su cultura y folclore siempre le había llamado la atención: México. Allí colaboró en un voluntariado internacional. Viajó, y se hartó de escribir crónicas literarias de lo vivido, y por supuesto, pudo realizar un gran trabajo fotográfico. Al llegar a la Ciudad de México consiguió un trabajo en la revista CATADORES, especializada en vino y gastronomía. ​

 

Capítulo VI

 

Y ¿qué pasó tras México?

Nos plantamos a comienzos de 2016 cuando Paula regresa a Logroño y se sitúa al frente de la Comunicación, Marketing y Diseño del grupo empresarial KUPSA COATINGS, mientras colabora con varias publicaciones del ámbito cultural.

Es entonces cuando comienza a adentrarse en el mundo de la ilustración y el diseño gráfico y a realizar sus primeras muestras fotográficas.

 

Así que sólo os diré que por el momento y a sus 26 años, mantiene intacta esa curiosidad, le apasiona el cine y la fotografía. Hace uso de Photoshop y demás herramientas de diseño gráfico para verter su creatividad en todo lo tangible.

Viaja, viaja todo lo que puede y más. Se recorre la península Balcánica cámara en mano y se queda prendada de cada rincón de la antigua Yugoslavia.

Le encanta COMUNICAR: relacionarse con personas de diversa índole, transmitirles su voz, y aprender de la suya. Y ni que decir tiene que le apasiona el ARTE en todas sus expresiones: desde la suntuosa Arquitectura hasta la más desconcertante performance, pasando por el diseño, la ilustración, la pintura, la fotografía y todas las pinceladas que dotan de arte a nuestro día a día. Muestra su fotografía en exposiciones en salas culturales de su ciudad.

Por supuesto, escribe. Necesita de las letras para sentirse viva. Le flipa todo lo que pueda catalogarse como cultura. Tiene sueños, algún que otro pájaro en la cabeza, pero se mantiene con los pies en el suelo mientras intenta llevar una vida digna de ser narrada.

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To be continued...