ODA A LO ABSURDO

Nadie tiene la receta exacta del batiburrillo de células, hormonas, neuronas y demás ingredientes corporeos que le forman a uno tal y como es. Y aunque resulte de mal gusto comparar la esencia humana con una fórmula casi culinaria, nadie viene con un manual de instrucciones bajo el brazo -que me perdonen todos aquellos románticos que siguen creyendo que venimos con una barra de pan-.

Sólo tú sabes -o crees saber- que es lo que te mueve; cuáles son tus anhelos y prioridades. Porque decidiste tomar aquella decisión y/o porqué te equivocaste al tomar aquella otra. Pero no nos equivoquemos, ni el más listo de los mortales se conoce tanto como cree.

¿Qué es lo que te hace buscar el más idílico de los amores ?¿Qué es lo que te lleva a querer escapar de de las zonas de confort y las aglomeraciones humanas? ¿Qué es lo que te mueve a formar una familia?.

¿Qué hay de quienes se mueven sólo en las frecuencias más altas o en las más bajas? Esos seres que desechan los módulos intermedios, por considerarlos como el epicentro de la eterna muchedumbre humana. A menudo se les margina, incluso se les llega a repudiar. Se les tacha de raros o extravagantes, sólo por ir a contracorriente. ¿Y qué significa ir a contracorriente?¿Quién decide que es lo normal, o por el contrario, lo anormal?

Hoy brindo por todos aquellos que encuentran su contento en lo nimio, en lo pueril. Porque aquellos que conocen el significado de lo absurdo, son capaces de desalinear el obtuso entramado social y formar su propio status quo. Sólo ellos son los reyes de su propio reino.